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Hagamos juntos un camino que se anda con los ojos, un camino construido con letras. Un camino cuyo final pueda ser elegido y diferente para cada lector. Y es que a veces caminando podemos descubrir que la vida está llena de maravillas, solo tenemos que caminar sobre el libro adecuado.



martes, 25 de mayo de 2010

Reflexión sobre las experiencias

Casi por inercia acaban ocurriendo las cosas más inesperadas. Quizás debería enfadarme, estar indignado con eso y tomar las riendas de mi propia carreta. Guiarla por el camino más justo y sobre todo el camino que yo decida. Un camino ligado al honor, y al mismo tiempo un camino donde poder practicar el pillaje.
Me pregunto si mi vida acabará el día que la inercia cese. Cuando ya nada empuje mi cuerpo y mis músculos tengan que realizar la mayor parte del trabajo ¿serán capaces de responder? Espero que sí. Espero poder ser algo más que una marioneta cuyos actos ya han sido previstos por algún tipo de ente superior.
Y así vuelve a comenzar esta lucha contra los elementos, que solo yo puedo presenciar y sucede dentro de mi cabeza. Una lucha contra enemigos invisibles que aprovechan cualquier momento de debilidad para asestar sus golpes. Supongo que esos enemigos son lo que el resto de las personas llama Miedos.
Por mucho que lo intento no puedo, no puedo librarme de ellos. Hay algo que me lo impide. Puede que estén aferrados a mi con tanta fuerza que no haya forma de despegarlos... ¿O quizás soy yo el que se aferra a ellos?
Entonces las preguntas, que siempre han estado ahí, aunque con tinta invisible, aparecen. Y pienso el por qué de tantas y tantas cosas, situaciones y decisiones que he tomado. Piensas en cómo cambiar lo que hiciste mal, pero no encuentro la forma. Finalmente sólo consigo llegar a la conclusión, y es que quizás la solución resida en el aprendizaje.
Nuevamente más preguntas tras esta conclusión, ¿Están los errores predeterminados en nuestra vida? No lo sé, mi impresión me inclina hacia el sí. Pero después, tras recapacitar me doy cuenta de que no. Somos nosotros, que en ciertas circunstancias tomamos decisiones equivocadas e influenciadas por factores que quizás no sean los más beneficiosos. Factores como el placer, que nos proporciona bienestar, en ocasiones únicamente momentáneo.
Sólo cabe esperar que, después de tantos errores, la experiencia sea una de mis mejores aliadas contra las decisiones incorrectas. Poder pensar fríamente en cada momento y no dejar que las circunstancias me venzan, haciéndome perder la cabeza. Y mirándolo de otra forma, espero haber madurado tras todas estas vivencias.

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