Bienvenidos

Hagamos juntos un camino que se anda con los ojos, un camino construido con letras. Un camino cuyo final pueda ser elegido y diferente para cada lector. Y es que a veces caminando podemos descubrir que la vida está llena de maravillas, solo tenemos que caminar sobre el libro adecuado.



jueves, 18 de febrero de 2010

El primer amor

Siempre tenía la impresión de que me faltaba algo. Empezaba a cansarme de la rutina diaria. A veces me sentía solo estando rodeado de personas. Cuando eso pasa me asusto y huyo. Me atormentan los sentimientos ¿Por qué siempre me siento solo? Se supone que soy afortunado. Aun así los días pasan uno tras otro, siempre iguales, siempre normales, siempre vacíos.

Empezaba a preguntarme si merecía la pena vivir así. Quizás no debería estar pensando en este tipo de cosas, pero, sin quererlo, ese sentimiento siempre acababa llenando mi pecho e inundando mis ojos. Soledad, un sentimiento tan extraño y complejo que no lograba comprenderlo, pero lo sentía con tanta fuerza que me desgarraba por dentro.

Entonces apareció ella, estaba impresionado. Esa chica que estaba frente a mí con la cabeza siempre alta, con esa mirada tan segura que no dudaba, sabía el camino que debía seguir. Sabía lo que quería en la vida. No tenía nada que ver conmigo. Poco a poco fui sintiendo la necesidad de conocerla mejor, de saber lo que le preocupaba y que me contara sus problemas. ¿Se sentía sola como yo? ¿Era feliz?

Algo estaba cambiando en mi interior. Su presencia expulsaba el sentimiento de soledad. Ella, sin saberlo, estaba cambiando mi vida, convirtiéndose en mi centro. Me di cuenta. Necesitaba que me prestase atención. Necesitaba mirarla a los ojos y decirle cuanto la quería. Necesitaba agarrar sus finas y suaves manos, besar su cálida cara para después deslizarme hasta sus labios. No podía negarlo, por primera vez me había enamorado.

Siempre pensé que era una persona inasequible, me equivoqué. Lentamente la fui conociendo, y tras esa fachada que creaba ante los demás se encontraba alguien débil e insegura. La nueva faceta me gustó tanto como la anterior. Quise eliminar sus inseguridades, protegerla y darle fuerza para afrontar todo cuanto necesitase.

Finalmente me decidí a decirle lo que sentía. Una noche, una larga calle y un momento de soledad en el regreso a casa se convirtieron en la situación perfecta. Mi respiración luchaba contra mí, y con bastante esfuerzo conseguía mantenerla dentro de la normalidad. El corazón empezaba a acelerarse y hablar se hacía cada vez más difícil. Después de un breve silencio que me pareció durar siglos nuestras manos chocaron y la agarré. Agachó la mirada sonrojada, y agarrándome con fuerza me besó.

En los días que siguieron estaba tan feliz, tan contento de poder pasar tiempo con ella. Todo era perfecto, le daba a mi vida el equilibro que necesitaba. Consiguió calmar el monstruo de mi interior y hacerme sentir aliviado y liberado. No quería nada más que eso, no sabía que existiese esa sensación. Descubrí un mundo diferente al que siempre había vivido, donde sólo estábamos ella y yo.

Mis obligaciones no me dejaban pasar tanto tiempo como hubiese deseado con ella, pero con el poco tiempo que podía me resultaba más que suficiente. Pasaron dos días sin vernos, pero no notaba ni una pizca de distancia. Cada vez estaba más y más enamorado.

Un mensaje soltó de nuevo el monstruo en mi interior y las lágrimas en mis ojos. La distancia que yo no notaba había matado el amor que ella una vez sintió por mí. La ausencia de sentimientos le habían convertido en prescindible y ya no cabía una pareja entre los dos. La amistad, cosa que yo no sentía, era lo que ella me pedía.

El tiempo curó las heridas que su ausencia me provocó. Como pude, me deshice de ese amor que sentía por ella, pero no lo olvidé. Guardé cada momento dentro de mí, en lo más profundo, junto con una nota que decía: No olvidar.

2 comentarios:

  1. Todos tenemos un gran monstruo en nuestro interior,para unos es mas visible, pera otros aunque oculto es mas amenazador. Pero es ese monstruo lo que somos en realidad. Estar con alguien que de equilibrio a lo humano y la bestia es complicado de encontrar, pero se puede.
    Aunque curen las heridas, no hay que olvidar, pues esas vivencias son las que de verdad componen lo que eres ahora.

    ResponderEliminar
  2. Acertado como el que mas, justo eso queria transmitir esta historia ademas de otras pequeñas cosas, gracias por tu comentario querido amigo ^^

    ResponderEliminar